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Editorial Construir

Tres formas de aplicar la biomimética en pro de una arquitectura sostenible

Los edificios son uno de los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, contienen infinidad de sustancias tóxicas que pueden hacer enfermar a las personas. Eric Corey Freed, nombrado recientemente director de sostenibilidad de CannonDesign, resume el problema de manera sucinta: “Construimos de forma absurda”.

Según Freed, a medida que la crisis climática se acentúa, lo más importante es entender el inmenso potencial de estos enfoques. “El objetivo último sería construir edificios de impacto cero, bonitos y saludables para todos. Incorporar la biomimética (diseñar imitando a la naturaleza) y el diseño biofílico (integrar la naturaleza en el diseño) es vital para lograrlo, comenta.

Estas son tres formas en que los arquitectos pueden ayudar a convertir este concepto en realidad:

1-Integrar la naturaleza en cada proyecto: Para sacar ideas en su trabajo, los arquitectos a menudo recurren a sitios web con fotos de nuevos edificios rebosantes de glamour. Sería mejor si dieran un paseo por un bosque. Como señala Freed, “El mundo es fascinante. Si los diseñadores abriéramos los ojos, encontraríamos inspiración en todas partes; y no en plan hippie, sino de una manera perfectamente tangible y práctica”. Pensemos en la forma. Hay infinidad de modos de incorporar formas naturales en un edificio: podemos modelar columnas a partir de árboles, por ejemplo, o usar motivos botánicos en tejidos y revestimientos de paredes.

2-Convertirse en impulsor de la biomimética: Entender la manera en que la naturaleza resuelve los problemas puede ayudar a los arquitectos a crear edificios que funcionen en armonía con los sistemas naturales, como la atmósfera del planeta y el cuerpo humano, por ejemplo. Durante miles de millones de años, la naturaleza ha ido mejorando a los seres vivos para ayudarlos a desenvolverse en su entorno. Los huesos del cuerpo humano son cuatro veces más resistentes que el hormigón (con la mitad de peso); la seda de araña es cinco veces más resistente que el acero. Y a diferencia del hormigón y el acero, los huesos y la seda no generan emisiones contaminantes durante su producción.

3-Buscar materiales de base biológica: Los fabricantes han aumentado la producción de artículos no tóxicos y ecológicos, y hay disponible en línea una biblioteca de productos llamada mindful MATERIALS que ha hecho más fácil encontrarlos y evaluarlos. Los diseñadores hoy pueden especificar productos de origen natural, como aislamiento de soja y cáñamo, junto con otras opciones más conocidas, como la madera contralaminada o CLT (si bien, puede seguir habiendo problemas en relación con las normativas o con la cadena de suministro).

Freed está ilusionado especialmente con los materiales de origen biológico que pueden diseñarse para satisfacer necesidades específicas y producirse en forma de cultivos, en lugar de fabricarse mediante procesos industriales con un alto consumo de energía. Además, es posible manipular el ADN para dar a los ladrillos propiedades especiales, como la capacidad de absorber dióxido de carbono del aire, reflejar calor durante el verano o brillar de noche.

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