Los planes de movilidad sostenible se han convertido en una alternativa y ejemplo interesante para las empresas que quieren mantener o mejorar el bienestar de sus habitantes.
Por: Laura Cruz, Gerente de Sostenibilidad, Garnier & Garnier.
La sostenibilidad y el uso de la tecnología son elementos importantes en el desarrollo de los nuevos proyectos inmobiliarios. Unidos, con la intencionalidad de crear bienestar, impactan a quienes hacen uso del inmueble y también a las comunidades que están a su alrededor.
Los desarrolladores cada vez más toman en cuenta la forma en que se comportan las personas que serán usuarias del espacio, buscan ofrecer diseños y servicios novedosos que les ayuden a solucionar viejos y nuevos problemas como un valor agregado al cliente.
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Uno de esos antiguos problemas en nuestro país es la movilidad, según la Consulta Nacional sobre Servicios Públicos, el 24% de las personas en Costa Rica tardan más de 2 horas en llegar a su lugar de trabajo (CGR, 2017). Cada vez que construimos un parque empresarial o zona franca, traemos miles de personas a una zona donde algunas veces, entraban y salían a la propiedad tal vez una decena al día antes de iniciar el proyecto.
Es por ello que los planes de movilidad sostenible se han convertido en una alternativa y ejemplo interesante para las empresas que quieren mantener o mejorar el bienestar de quienes ingresan en estos espacios y con ello la competitividad y rentabilidad del inmueble.
Una vez que comprendemos los lugares de procedencia y destino, modos de transporte elegidos y razones de esa elección de las personas usuarias, entre otros, podemos ofrecer alternativas más sostenibles, muchas de ellas enlazadas con la tecnología. Es ahí cuando debemos mezclar nuestro know how con el de otros sectores que nos pueden dar esas soluciones que se salen del rango de acción tradicional del desarrollador y nos impulsan a innovar.
Por otra parte, el compromiso y el trabajo articulado entre diversos sectores es esencial para avanzar como país en materia de desarrollo sostenible y en este caso, no es la excepción. Coordinar con el sector público, ONGs y empresas vecinas es fundamental para crear una visión compartida y buscar soluciones al menos locales a un problema estructural del país.
Crear soluciones que mezclan sostenibilidad, tecnología y bienestar no sólo genera un impacto en la experiencia de cada persona que ingresa e interactúa con el inmueble, en la atracción de nuevos inversionistas, sino también en las comunidades en las que estamos presentes y con ello también logramos la licencia social para operar en ese espacio.
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