top of page
Editorial Construir

¿Puede una ciudad funcionar como instalación gigante de recolección de agua?


Frente a un mundo con una mayor densidad de población y devastado por el cambio climático, la compensación del agua se ha visto completamente transformada. Debemos pensar de manera diferente sobre la gestión de recolección de agua en zonas urbanas, y considerar tanto el presente como el futuro.

Por: Jorge Jean, director de Marketing de Amanco Wavin para México y Centroamérica.

En lugar de ver cada sistema del ciclo urbano del agua de forma separada e independiente, estos sistemas deben conectarse y gestionarse localmente. Con el uso de las aguas residuales, pasando por el agua de lluvia y agua del grifo, es posible crear ciclos de agua circulares y controlados en edificios, vecindarios e incluso en ciudades enteras. La circularidad implica la reutilización del agua en lugar de darle un único uso.

En ese sentido, ver las ciudades como instalaciones gigantes de recolección de agua representa una oportunidad, dado que en algunos lugares las lluvias inundan las ciudades cuando en realidad estas podrían estar preparadas para capturar agua cuando y donde caiga, por ejemplo, en techos y calles para así evitar los altos costos en transporte de agua limpia desde otros lugares. Un énfasis en la gestión descentralizada del agua, es decir, aquella que dispersa el agua más cerca de su fuente y minimiza las descargas superficiales, reduce costos de infraestructura, mejorar la resiliencia y beneficia tanto a personas como al medio ambiente.

Gestionar el agua a nivel local —y hacer que cada gota cuente— es fundamental, ya que el cambio climático desestabiliza cada vez más el suministro de agua. El desarrollo urbano requiere más agua per cápita, ya que los glaciares que se derriten y los cambios en los patrones agrícolas hacen que el agua sea más escasa y por esto, se necesitan formas novedosas de gestión y recolección de agua a prueba de los desafíos futuros.

Mediante la descentralización, es posible limpiar o filtrar el agua, y almacenarla en los días de lluvia, días cada vez más raros e intensos. El agua almacenada se puede reutilizar para regar la vegetación local —que a su vez, enfría y limpia el aire, además de brindar otros beneficios— o para enfriar las ciudades en períodos calurosos y secos.

Las fuertes lluvias pueden infiltrarse lentamente en el suelo para reponer el agua subterránea en lugar de causar inundaciones en las superficies de concreto y asfalto sin llegar a utilizarse ni una sola vez. Amanco Wavin cuenta con la innovadora tecnología Aquacell, que recoge el agua de lluvia y permite diferentes formas de uso. El agua recolectada puede reutilizarse o devolverse al suelo, dependiendo de lo que se necesite y de la cantidad de agua que se estime que estará disponible.

Cuando se trata de bienes y servicios esenciales, el mundo moderno muestra una gran desigualdad y desperdicio de recursos. A medida que las ciudades se convierten en las principales entidades organizadoras de la civilización, con mayor poder de oportunidades para miles de millones de personas en todo el mundo, deben ser capaces de asegurar que sus residentes tengan acceso a agua limpia y disponible fácilmente, llueva o no. La clave para transformar esta visión en una realidad yace en construir redes de agua locales y circulares que den prioridad a la sostenibilidad y la resiliencia.

Commenti


bottom of page