Modernizar las playas a través de la tecnología está en sus primeras fases de puesta en marcha, pero las posibilidades son infinitas.
El auge de las ciudades inteligentes está cambiando los procesos de urbanización y los modelos sostenibles que empresas y organismos están persiguiendo. Este paradigma está brindando al sector turístico un nuevo abanico de oportunidades de negocio y nuevas formas de crear valor.
Una playa inteligente o smart beach se puede definir como un recurso turístico donde se aplica tecnología para convertirla en un espacio más sostenible. Además, condensa flujos de información procedentes de los usuarios para detectar sus necesidades y respetar el medioambiente.
En estos espacios se pone foco en considerar los riesgos potenciales que puedan afectar a la salud, así como los riesgos derivados del propio medio natural y también se pueden tener en cuenta otros factores como el tráfico, los cruces, las zonas de aparcamiento, etc.
Para crear estos espacios es necesario tomar en cuenta:
1-Factores naturales: Existen dispositivos IoT que miden diferentes factores medioambientales como calidad del aire, gases y partículas; meteorológicos como temperatura, humedad, viento, lluvia y radiación solar; u otros factores como el nivel de ruido. Gracias a este tipo de soluciones se puede medir y evaluar el impacto de la contaminación, y así tomar medidas para conseguir la mejor calidad medioambiental posible.
2.Calidad del agua: El estado del agua del mar es un factor muy importante para los seres vivos que viven allí y para los humanos que se bañan en esa agua. Ya podemos ver boyas inteligentes que tienen unos sensores en su interior que permiten registrar y monitorizar variables del agua de manera continua, con el fin de informar a los usuarios, mejorar la gestión turística y medioambiental. Así se puede monitorizar el estado de las aguas de baño para evitar los daños provocados por las embarcaciones o el uso de sustancias químicas.
3-Control de aforo: Los meses de más afluencia pueden suponer un gran problema a la hora de garantizar la seguridad de las personas en caso de alguna emergencia. Con soluciones tecnológicas que controlen el aforo gracias al uso de cámaras que usen algoritmos de visión artificial, se puede conseguir información sobre el nivel de ocupación real, su distribución por franjas horarias, flujo de entradas y salidas, etc. y así poder preservar la calidad de su experiencia.
4-Gestión de residuos: Una buena limpieza en la playa es una de las claves para preservar el medioambiente, pero con la afluencia masiva puede ser un quebradero de cabeza. Se pueden monitorizar el estado de las papeleras y los objetos contaminantes mediante la instalación de dispositivos inalámbricos, optimizando la recogida de basura y hacer una detección temprana de incidencias.
5-Puntos informativos interactivos: La implementación de puntos de información táctiles con contenidos interactivos es una forma de mejorar la experiencia de los turistas, dando la posibilidad de crear planes personalizables que se puedan descargar de forma online, callejeros digitales, agenda de eventos, etc.
La puesta en marcha de un turismo conectado, más inteligente y respetuoso con el medio ambiente ya ha comenzado y podemos ver ejemplos reales de entornos, como Ibiza que ha puesto en marcha un sistema de videovigilancia que puede calcular los niveles de ocupación en las playas más populares de la isla. Gracias a cámaras IP con conectividad 4G y sensores que pueden detectar movimiento a gran distancia, el público puede acceder en tiempo real a la ocupación de cada una de ellas, así como de las plazas de aparcamiento.
Al poder controlar el número de personas que visitan las playas, las autoridades locales podrán proteger mejor la vida silvestre y el medio ambiente, mientras que los turistas y los locales tendrán una mejor experiencia. Además, se ha iniciado una segunda parte del proyecto, donde mediante boyas marinas con sensores, se puede medir la calidad del agua y detectar y reducir los problemas provocados por el fondeo masivo de embarcaciones.
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Por otro lado, en la playa de Konyaalti, en Turquía, se ha instalado 115 postes solares para garantizar la seguridad de niños, padres y personas con diversas discapacidades. Con esta aplicación, las personas mayores que padezcan enfermedades como Alzheimer, por ejemplos, o las mascotas pueden ser rastreados según su ubicación. Se hace a través de unas pulseras que se entregan en el punto de información y que, cuando alguien sale del “círculo de seguridad”, el sistema entra en alarma y transmite información a los móviles de las familias a través de la aplicación.
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