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Las nuevas prioridades del espacio en el desarrollo inmobiliario

Por: Alberto Bonilla, director de desarrollo Garnier & Garnier

La pandemia provocada por el COVID-19 cambió las reglas del juego en muchos aspectos del día a día: por ejemplo, cómo y dónde trabajamos, compramos y vivimos, cambios que sin duda tienen repercusiones inmediatas en los desarrolladores inmobiliarios, sobre todo en el sector oficinas, con un modelo de trabajo que mezcla el trabajo presencial con el remoto. Esta tendencia supone un desafío, que al mismo tiempo se convierte en una oportunidad.

En el caso de Garnier & Garnier, que desarrollamos centros corporativos y parques industriales bajo el modelo de zona franca, la demanda creció durante los últimos dos años, una tendencia global generada por el nearshoring de empresas que entendieron que no podían mantenerse atadas al mercado asiático y se vinieron para las Américas, lugar en el que Costa Rica está muy bien posicionado, no solo por su ubicación geográfica y privilegiada en “el centro” América, sino también por su oferta de recurso humano altamente calificado.

Alberto Bonilla, director de desarrollo Garnier & Garnier


Así lo evidencian diversos indicadores del Banco Central de Costa Rica, los cuales señalan que la construcción con destino privado comienza a repuntar y que esta reactivación se da a mayor escala por la construcción de naves industriales y edificios en zonas francas.

Si bien es cierto la pandemia modificó muchos aspectos cotidianos, también obligó a algunos sectores a avanzar hacia procesos más ágiles, rápidos y productivos, que permitieran a la vez, adoptar las nuevas tendencias y diseñar edificaciones más versátiles, de rápida ejecución y eficientes en el consumo de recursos naturales.

La dinámica de llegar a las 8:00 a.m. a una oficina, sentarse frente a una computadora y no volver a levantarse hasta que llegue la hora de la salida, pierde fuerza cada vez más y da paso a espacios más abiertos y flexibles para reuniones, ocio y trabajo, en donde además se priorice la integración del espacio con la regeneración ambiental del entorno. El concepto de biofilia se empieza a ver más, dentro de nuestros diseños de edificios y de las mejoras internas que prefieren nuestros clientes.

Las condiciones actuales exigen bienestar. El estar más tiempo en casa, nos ha llevado a diseñar espacios que se concentren en crear mejores condiciones internas de comodidad. Hablamos de espacios que aprovechen la luz natural, la homogeneidad climática, ventanas más grandes que permitan interconexión del espacio interior con el exterior, en resumen, espacios más agradables para habitar.

La situación sanitaria actual incluso ha acelerado que más desarrolladoras inmobiliarias busquen la certificación LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental), un reconocimiento que otorga el Consejo de Construcción Sostenible de los Estados Unidos (US Green Building Council) o Well enfocado más en el bienestar de quienes ocupan el inmueble.

Y este es precisamente uno de los objetivos principales que tenemos como desarrolladores, ofrecer infraestructura de primer nivel, con la más alta calidad y eficiencia operativa, que permita construcciones con equilibrio económico, social y ambiental. La pandemia nos trajo un gran reto del cual hemos logrado ser más innovadores y sostenibles en el desarrollo de nuevos proyectos.

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