Guatemala es un país altamente sísmico que, por su condición geográfica, es propenso a sufrir un nuevo terremoto como el que sucedió en 1976 y que dejó por lo menos 23,000 fallecidos y 250,000 viviendas destruidas.
Global Communities, MIYAMOTO y la Asociación Centroamericana para la Vivienda (ACENVI) presentaron los resultados del Programa PREPARE Guatemala, estudio financiado por USAID / BHA que busca reducir el impacto social y económico de los terremotos. El mismo fue presentado ante representantes de distintos sectores, incluyendo el de construcción, líderes de opinión y medios de comunicación.
Al ser Guatemala un país altamente sísmico que, por su ubicación geográfica, es propenso a sufrir un nuevo terremoto como el que sucedió en 1976 y dejó alrededor de 23,000 fallecidos, 250,000 viviendas destruidas y aproximadamente 1.2 millones de personas sin hogar; es de suma importancia tomar como fuente relevante este estudio. El estudio, realizado para el departamento de atención de desastres fuera de Estados Unidos de Norteamérica, muestra un análisis probabilístico de escenarios y repercusiones para reducir riesgos y mediciones de vulnerabilidad ante un eventual terremoto en Guatemala.
El mismo se realizó con el objetivo de desarrollar un modelo de riesgo sísmico en la Ciudad de Guatemala, así como evaluar la vulnerabilidad sísmica de infraestructuras críticas para recomendar mejoras estructurales; y fortalecer la capacidad de respuesta mediante capacitaciones específicas y asistencia técnica.
“Por la ubicación geográfica de nuestro país, no podemos ignorar el alto grado de vulnerabilidad que tenemos para ser víctimas de un nuevo terremoto. Ante esta panorámica, es importante que todos los sectores nos involucremos y conozcamos la situación actual de las edificaciones, las acciones que se deben realizar en el momento, organización y coordinación de entidades públicas y privadas; red hospitalaria y manejo de catástrofes, entre otros aspectos relevantes para reaccionar de manera eficiente ante la eventualidad”, comenta el Licenciado Gerber Revolorio Gamez, Vice Presidente de ACENVI.
Por su parte, el estudio “Preparación para reducir el impacto social y económico de los terremotos” fue implementado en el país por Miyamoto International y Global Communities, el mismo incluye un modelo de riesgo sísmico en el que se analizan las principales variantes para determinar el impacto de un movimiento telúrico. Tras los terremotos sucedidos en Turquía y Siria en febrero de este 2023, expertos de la construcción de distintos países se han cuestionado acerca de la eficiencia y regulación en la aplicación de normativas de construcción y calidad de materiales.
Durante la exposición del estudio, se llevó a cabo el conversatorio “Vulnerabilidad sísmica e impacto socioeconómico en Guatemala” el cual estuvo conformado por Ing. Héctor Monzón Despang, Ing. Juan Sandoval, Ing. Raúl Salguero, Arq. Ernesto Paiz, Ing. Luis Álvarez Valencia. El conversatorio buscaba complementar con los aportes y experiencia de los expertos, los resultados compartidos por el estudio, su proyección y acciones a seguir, así como dar continuidad a un plan de acción interinstitucional que contribuya a evitar consecuencias negativas para el país, especialmente para la población más vulnerable y en condiciones con mayor riesgo.
Tomando en cuenta ejemplos internacionales y manteniendo como pilar la vulnerabilidad sísmica del país, los sectores deberían constantemente cuestionar si sus trabajos, oficinas y aportes son beneficiosos para la reducción de esta vulnerabilidad. En Guatemala, más del 70% de las construcciones son realizadas por maestros de obra y albañiles, quienes son capacitados para que mejoren las técnicas constructivas, ya que la configuración estructural, la calidad de los materiales, el sitio en que se construye y el abuso de los sistemas constructivos son factores que hacen vulnerables las construcciones ante los sismos
Cabe resaltar que no existe un control sobre la calidad de los productos importados y en el momento que se da el desastre, el costo se paga con la pérdida de vidas. Esto debería ser razón suficiente para que las autoridades tomen control de la calidad de materiales, tanto en producción nacional como importados, para así poder velar por el cumplimiento de normativas de regulación de la construcción en el ámbito nacional.