El proyecto desafía los límites de la ingeniería e incluirá cables inteligentes para garantizar la seguridad. Atravesará el río Beipan en Guizhou.
Llevará por nombre puente del Cañón Huajiang y sin duda buscará la corona de ser el puente más alto del mundo, una competencia constante en el mundo de la ingeniería civil.
Su construcción ya está en marcha y se tiene previsto que sea inaugurado este mismo año. La megaestructura tendrá una altura de 625 metros y 2,9 kilómetros de longitud, convirtiéndose en clave para la conexión terrestre en la región.
Las obras comenzaron en 2021 y ya se han utilizado 439.000 m3 de hormigón. De los desafíos más importantes que han enfrentado es la instalación de los cables que soportan el puente debido a los fuertes vientos en la zona.
En las diferentes fundiciones con hormigón, se utilizó un sistema de tuberías monitorizado por sensores para controlar la temperatura del material y evitar grietas o daños futuros. Si los sensores disparan alerta, el equipo bombea agua fría o caliente para controlar la temperatura.
Los mismos cables también son “inteligentes” ya que cuentan con dispositivos de detección que pueden monitorizar la fuerza o tensión, dando datos sobre el estado de seguridad del cuerpo principal del puente en tiempo real. La tarea principal de estos cables con sensores es ayudar a realizar mantenimientos preventivos más adelante.
Cuando este puente sea inaugurado, la provincia de Guizhou tomará el liderazgo con los dos puentes más altos del mundo. El otro es el puente Duge, ubicado a unos 200 kilómetros río arriba.