Las empresas ante la necesidad de atender a las medidas de aislamiento preventivo y las normas de bioseguridad para reincorporar a su equipo de trabajo, están replanteando la distribución y funcionamiento de su planta física. Sin embargo, desde la arquitectura, incluso desde mucho antes del inicio de la pandemia, existe una tendencia que hoy se presenta como la solución más efectiva para atender estos requerimientos.
Para la firma Arquitectura en Estudio (aRE), existe un modelo arquitectónico que podría haberse anticipado a los retos que hoy están viviendo las organizaciones para volver a operar normalmente desde sus instalaciones. La búsqueda de la sostenibilidad, la ventilación e iluminación natural de los espacios y el cercano contacto con la naturaleza genera bienestar y confort, aumenta el rendimiento, mejora la calidad de vida de los trabajadores y a la vez ofrece alternativas para responder a los retos planteados por la pandemia.
“Esta coyuntura no se la imaginaba nadie. La respuesta desde la arquitectura pasa por volver a un modelo sostenible, a una relación más acorde y colaborativa con la naturaleza, disminuyendo el uso de recursos naturales en la construcción y operación de un edificio, ofreciendo espacios mejor ventilados e iluminados, sanos y saludables. Las oficinas desde su estructura deben ser lo más eficientes posible, que de manera pasiva funcionen bien y ofrezcan el confort y los espacios que hoy los empleados reclaman”, explica Camilo Garavito, Socio – Fundador de Arquitectura en Estudio (aRE).
Pero ¿qué aprendizajes se pueden aplicar a los retos actuales de arquitectura?, acá te los mostramos:
1-Renovación del aire: Que el diseño aproveche las corrientes naturales de aire permite ventilar el espacio entre el cielorraso y las losas de concreto. “Cuando la temperatura aumenta, trampillas ubicadas en el cielorraso se abren para que el aire caliente suba y sea expulsado por la corriente fría proveniente del exterior, lo que minimiza la exigencia sobre el sistema de aire mecánico, reduce el consumo de energía y garantiza el confort térmico en el interior”, explica Garavito.
2-Luz natural: Las ventanas de suelo a techo maximizan la entrada de luz natural para iluminar los espacios de trabajo y disminuir al máximo los requerimientos de luz artificial. La celosía de aluminio exterior logra controlar la ganancia de calor en las horas críticas, respondiendo con diferentes densidades en sus elementos según lo requiera la orientación de cada fachada.
3-Integración con la naturaleza: La cubierta de NAOS Campus Empresarial es un parque verde, arborizado, lleno de vegetación y que permite el contacto con el aire libre, en una zona reservada para los empleados. A su vez, recoge las aguas lluvias que son reutilizadas para riego y para el funcionamiento de los aparatos sanitarios. Este tipo de escenarios son ideales para promover la desconcentración de personas y promueve ambientes saludables para diferentes momentos del día como el almuerzo, reuniones creativas y conversaciones privadas.
4-Alternativas saludables: Los sótanos deben priorizar los espacios para vehículos híbridos y eléctricos, con estaciones de carga en algunas de sus plazas. También se debe ofrecer parqueaderos de bicicletas, zona de duchas y vestier, fomentando un estilo de vida sano y saludable que a su vez descongestiona y reduce la presión sobre los medios de transporte masivo.
5-Materialidad amigable: Materiales como el mármol y el porcelanato utilizado en los pisos del edificio son fáciles de limpiar y generan a su vez ambientes cómodos y agradables. La madera de teca (extraída de fuentes sostenibles) y la vegetación en el interior conecta al usuario con la naturaleza. La señalización e iluminación tienen un diseño limpio y claro, haciendo fácil la circulación en el edificio. En momentos como este su diseño es fundamental para informar adecuadamente sobre las zonas y formas de circulación seguras.
“La arquitectura venía incorporando un discurso de sostenibilidad y de generar espacios sanos y saludables desde hace tiempo; con la llegada de la pandemia, esta tendencia se ofrece como una solución ideal para que las oficinas sean espacios saludables y humanos, más seguras y amables para las personas que las habitan”, concluye Camilo Garavito
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