El acero es uno de los materiales de construcción más versátiles y adaptables. Por sus cualidades de resistencia y trabajabilidad es utilizado en diversas construcciones como: bodegas industriales, edificios, estructuras de soporte, ductos de elevadores, vigas, barandas de escaleras, entre otros.
De acuerdo con la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), el 2019 fue un año bajo para la industria debido a la guerra comercial entre China y Estados Unidos; sin embargo, a pesar que el 2020 arrancó con buenas expectativas para el acero, la pandemia de covid-19 ocasionó que bajara la demanda en un 10,4% respecto al 2019.
No obstante, según proyecciones del Banco de Guatemala, el sector de la construcción liderará el crecimiento económico para el 2021.
“La construcción no solo es un pilar importante para la macroeconomía de la región centroamericana, sino también funcionará como un componente clave para la recuperación económica al ser generador de empleo e incentivo de inversión”, indicó José Toruño, director de ItsaAceros.
Según el informe “Impacto de la Crisis en el Sector Construcción” de la Cámara Guatemalteca de la Construcción (CGC), gracias a la experiencia en el crecimiento positivo en años anteriores y la resiliencia mostrada en contexto de salud actual, la actividad de construcción se impulsará a la recuperación plena para el 2022.
Es fundamental que el retorno de la edificación sea eficiente, sostenible y resistente, para que la expansión económica sea una pronta realidad para la región. Sin embargo, para ello se requieren de estrategias y prácticas innovadoras, al igual que los materiales de construcción a emplear.
El acero es un material, que además de ser usado por sus cualidades en la construcción, es reciclable, lo que lo convierte en un componente amigable con el medio ambiente y dentro de una economía circular.
El entrevistado describió cinco beneficios del acero en la construcción:
Alta resistencia: gracias a la resistencia por unidad de acero las estructuras son ligeras pero igual de fuertes. Su menor peso también ayuda a obtener cimentaciones más económicas y aprovechar mejor el espacio.
Reutilización: por sus propiedades el acero puede ser reciclado sin perder sus atributos. El 97% de sus subproductos se pueden recuperar y reciclar.
Versatilidad: por sus propiedades físicas y químicas, el acero se adapta a cualquier tipo de aplicación.
Rapidez de montaje: el acero permite prefabricar los elementos lo que contribuye a reducir los tiempos y errores en la etapa estructural.
Durabilidad: si se le da el mantenimiento adecuado, el acero posee una duración indefinida.
“El sector construcción jugará un papel significativo en la reactivación económica, por eso, se hace aún más importante escoger los materiales, como el acero, de una forma asertiva para generar un impacto positivo”, explicó Toruño.
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