Expertos en sostenibilidad y arquitectura proponen soluciones basadas en la tradición y la innovación, como elementos de sombra, pavimentos claros y espacios verdes, para combatir el efecto isla de calor y crear entornos urbanos más frescos y habitables.
Las ciudades se enfrentan a un desafío crítico a medida que el cambio climático intensifica las olas de calor y pone a prueba la capacidad de adaptación de su infraestructura. El envejecido parque edificatorio, con sus fachadas de ladrillo visto, se ha convertido en un factor clave en la acumulación de calor en el interior de las viviendas, contribuyendo al efecto isla de calor que afecta la salud y la calidad de vida de los residentes urbanos.
No obstante, hay esperanza en el horizonte. Los expertos en sostenibilidad y arquitectura han identificado soluciones prácticas y creativas para abordar este problema apremiante. Susana Saiz, directora de Cambio Climático y Sostenibilidad de Arup en España, resalta la importancia de bloquear la radiación solar y maximizar el flujo de aire en el entorno urbano. Para lograrlo, propone la inclusión de elementos de sombra, arbolado y pavimentos porosos de colores claros. Estos elementos no solo reducen la temperatura superficial, sino que también promueven el enfriamiento evaporativo, brindando alivio durante las olas de calor.
La planificación urbana emerge como un componente clave en la lucha contra el calor extremo. Bruno Sauer, director General de Green Building Council (GBCe), insta a transformar las calles en bulevares peatonales como parte de una adaptación al cambio climático. Esta visión es compartida por Juan López-Asiain, director del Gabinete Técnico del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE), quien aboga por una planificación que priorice la orientación de edificios y la incorporación de espacios verdes.
La importancia de revertir a enfoques tradicionales y probados también se destaca. La arquitectura mediterránea, con sus pueblos blancos y estrategias de diseño considerando la orientación y el viento, se erige como un modelo a seguir. La utilización de cubiertas frescas de alta reflectancia y programas comunitarios de pintura blanca en las cubiertas, como el Cooling Action Plan, demuestran ser medidas efectivas en la reducción de temperaturas.
El calor extremo cobra vidas y amenaza la salud en el hemisferio norte
El impacto del calor extremo en la salud es innegable. Las altas temperaturas han resultado en un aumento significativo en las muertes, especialmente entre las personas mayores. La urgencia de abordar este problema se vuelve más evidente a medida que los informes revelan que el calor está afectando negativamente la calidad de vida.
En última instancia, la batalla contra el calor urbano exige una transformación integral en la planificación y el diseño de las ciudades. La combinación de estrategias tradicionales y modernas, como elementos de sombra, espacios verdes y superficies reflectantes, ofrece un camino hacia entornos urbanos más frescos y resistentes al cambio climático. Si bien el desafío es monumental, la innovación y la voluntad de cambio prometen un futuro más sostenible y habitable para todos. @mundiario
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