Esta herramienta posee múltiples ventajas, desde la documentación técnica hasta los datos relacionados con los materiales y las especificaciones, todo se encuentra en un único lugar accesible para todos los miembros del equipo.
Por: María Melba Calero, maria.calero@connectab2b.com
En el panorama diverso de la construcción en Latinoamérica, la búsqueda de una mayor productividad y calidad en las obras ha encontrado un aliado clave en la transformación digital y la tecnología. En este contexto, la metodología BIM (Building Information Modeling) ha destacado a nivel global como uno de los principales motores de cambio al incorporar, de manera sistemática, la colaboración entre los involucrados y el uso de modelos de información en las fases de planificación, diseño, construcción y operación de edificaciones e infraestructura, sin importar la escala.
Estas etapas, que tradicionalmente han operado de manera fragmentada y con agentes distantes entre sí, se organizan con el uso de BIM, poniendo sobre la mesa todos los puntos de vista para facilitar la toma de decisiones en beneficio del proyecto. “El peso que tiene el sector de la construcción en la economía de los países ha sido uno de los principales factores que impulsa a los Estados, en colaboración con el sector privado y académico, a introducir prácticas innovadoras”, expresa el Arq. Ricardo Morales Quirós, presidente de la Red BIM de Gobiernos Latinoamericanos.
Según el estudio “Panorama general del avance de BIM en América Latina y el Caribe” realizado por el CAF, la baja digitalización del sector de la construcción es una de las principales causantes de los bajos niveles de productividad. Una de es el BIM, que, a nivel mundial, es utilizada para mejorar la gestión de la información.
De acuerdo con Marco Jiménez Llobet, gerente general de Paragon BIM Consulting, hay un problema de desigualdad tecnológica, en algunas ocasiones es un tema económico, y en otras es más un tema cultural. “Tenemos países muy avanzados en temas BIM, como Chile. Es importante mencionar que la situación descrita anteriormente no es única de América Latina, países como Estados Unidos tienen proyectos grandes que se hacen con BIM, pero muchos de los proyectos pequeños, y aun proyectos grandes en zonas fuera de las grandes ciudades, se hacen con programas como AutoCAD, por lo que no sería correcto decir que solo América Latina está”, explica Jiménez.
A nivel regional, Morales agrega que existe un avance notorio como por ejemplo en Costa Rica se presentó el proyecto de ley titulado «Ley Marco de Tecnologías de Gestión y Desarrollo de Información para la Construcción y Operación de Edificaciones e Infraestructuras Públicas», el cual propone la adopción obligatoria de BIM en las obras públicas y promueve la colaboración entre los sectores público, privado y académico mediante la creación de una Comisión Interinstitucional e Intersectorial, encargada de supervisar la implementación del BIM en el país. Este enfoque sigue modelos exitosos adoptados en otras naciones que ya han integrado la metodología BIM en sus sistemas constructivos, destacando la importancia de una gobernanza adecuada como factor de éxito.
Optimizando procesos
Entre sus beneficios abarca el ágil flujo de trabajo al permitir la colaboración en tiempo real entre diferentes disciplinas, como arquitectura, ingeniería y construcción. Gracias a la naturaleza integrada del BIM, los equipos pueden trabajar en un modelo compartido, lo que facilita la detección temprana de conflictos o problemas de diseño, evitando costosos re trabajos en etapas posteriores del proyecto.
Además, el BIM ofrece una plataforma centralizada para gestionar y organizar la información del proyecto. Desde la documentación técnica hasta los datos relacionados con los materiales y las especificaciones, todo se encuentra en un único lugar accesible para todos los miembros del equipo. Esto no solo reduce la duplicación de esfuerzos, sino que también garantiza la coherencia y consistencia de la información en todas las fases del proyecto.
Otra ventaja clave del BIM es su capacidad para generar visualizaciones realistas y precisas. Los modelos 3D permiten a los arquitectos y a los clientes experimentar el diseño de manera virtual antes de que se construya físicamente. Esto proporciona una mejor comprensión de cómo se verá y funcionará el edificio final, lo que facilita la toma de decisiones informadas y reduce el riesgo de descontento por parte de los clientes.
En cuanto a la eficiencia, el BIM agiliza la creación de documentación y planos. A través de la automatización de tareas repetitivas, como la generación de listas de materiales o la creación de informes de cantidades, se reduce significativamente el tiempo invertido en actividades administrativas, permitiendo que los profesionales se enfoquen en tareas más estratégicas y creativas.
“Al tener tantas herramientas que nos permiten profundizar en temas que antes se debían ver en sitio, ahora ese tiempo se destina al diseño más detallado. Lo que sí es cierto es que este proceso resulta en modelos y diseños mucho más depurados antes de llegar a obra. Por otro lado, la capacidad de colaboración en tiempo real es algo sin precedentes, y más en los últimos años donde la infraestructura de telecomunicaciones permite colaborar en un solo modelo desde todo el planeta”, Jiménez.
Retos de implementación
Según Paula Solís, fundadora y directora general de All Immerse, uno de los retos para la introducción de procesos BIM puede encontrarse con resistencia por parte de algunos miembros del equipo que están acostumbrados a métodos tradicionales. Convencer y capacitar a los equipos para adoptar prácticas BIM requiere habilidades de liderazgo y comunicación efectiva por parte de los coordinadores.
De igual manera la seguridad de los datos BIM es un aspecto crítico que debe abordarse. “Los coordinadores deben implementar medidas efectivas para proteger la información sensible y garantizar la integridad y confidencialidad de los modelos en todo momento, asegurando así la confianza y la seguridad de todos los involucrados en el proyecto”, expresa Solís.
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Mientras tanto Jiménez comenta que definitivamente el costo es un reto ya que el software BIM conlleva inversión y a eso se suma que la mayoría de las empresas necesitan más de un paquete de software. Otra gran barrera es el entrenamiento, “estamos en una época donde el software requiere de muchísima especialización para utilizarse correctamente, podríamos poner como ejemplo la diferencia entre usar una calculadora básica y pasar a una computadora de alta gama. El entrenamiento no solo es complejo, sino que a veces es comparativamente caro, especialmente para las empresas pequeñas y medianas, por lo que, al hacer la inversión en licencias, equipo, y entrenamiento todo al mismo tiempo, más de una empresa se lo piensa varias veces”, explica.
En un futuro El futuro del BIM se presenta más brillante que nunca. Solís comenta que van a surgir nuevas herramientas y las existentes van a seguir perfeccionándose con el tiempo. Sin embargo, “la aplicación correcta y adecuada del BIM también requiere una inversión y un compromiso significativos por parte de todos los participantes en el proyecto, incluidos los subcontratistas y los fabricantes”, afirma.
Por otro lado, el uso de la IA es inminente, y los resultados con este tipo de tecnología necesitarán de mucha revisión y adaptación a estándares locales, lo que demanda que los profesionales involucrados estén muy atentos a la correcta implementación de dichos resultados.
“La NBS (National Building Specification), que es la organización que define temas de construcción en Reino Unido, definió hace unos años los diferentes niveles de BIM en las empresas. Nivel 0 es una empresa que solamente utiliza planos 2D, en términos tradicionales esto sería planos en CAD. Luego tenemos nivel 1, que son empresas que crean planos en 2D y luego. Actualmente las empresas que realmente trabajan BIM de manera correcta caerían en la categoría de nivel 2. La siguiente etapa a futuro que se espera que sea posible es el nivel 3, donde todos los actores del proyecto colaboran al mismo tiempo, en el mismo modelo y mismo sistema, esto requiere una infraestructura más potente, y programas que aún no son capaces de manejar sin problema todas las disciplinas de un solo proyecto”, finaliza Jiménez.
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